HISTORIA DE LA ANTIGUA HERMANDAD SERVITA DE MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES.
El día 14 de octubre de 1726 fueron aprobadas las reglas de la Hermandad Servita de María Santísima de los Dolores, establecida en la Parroquia del Señor San José de la Villa de Montellano. Dicha aprobación se realizó conforme a las constituciones otorgadas por el Papa Martín V a la Sagrada Religión de los Siervos de María, siendo esta Hermandad filial de la de San Marcos de Sevilla.
Pocos días después, el 19 de octubre de 1726, la Hermandad se acogió a la bula de la Orden de los Siervos de María, erigiéndose oficialmente como una corporación mariana bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. Fue una de las primeras Hermandades fundadas en Montellano, y posiblemente la única que se mantuvo activa a lo largo de los siglos, motivo por el cual se considera la Hermandad más antigua de la localidad, con una profunda devoción hacia la Santísima Virgen.
Fines y cultos primitivos
- La Hermandad tenía como fin primordial fomentar el culto y la devoción a la Virgen de los Dolores. Así lo disponían sus reglas, cuyos capítulos del 8 al 11 ordenaban diversos cultos, entre los que destacaban:
- Función solemne y procesión el Viernes de los Dolores, con indulgencia plenaria, pudiendo trasladarse al Viernes Santo.
- Rezo de la Corona Dolorosa todos los viernes del año, y en procesión por la iglesia cada segundo domingo de mes.
- Comunión general de los hermanos cinco veces al año (en las festividades de los Dolores, la Asunción, la Natividad, la Purificación y San Felipe Benicio, fundador de la Orden Servita).
-Sufragios por los hermanos difuntos, consistentes en cuatro misas rezadas por cada fallecido y una función anual en noviembre con vigilia, misa cantada y procesión por las almas de los hermanos difuntos.
Los hermanos vestían un escapulario de terciopelo negro bordado en oro, con alguna representación de la Virgen de los Dolores. Además, la Hermandad realizaba importantes obras de caridad, asistiendo económicamente a los más necesitados de Montellano.
La capilla y su evolución
La Hermandad contaba con capilla propia dentro de la Parroquia, situada en lo que hoy es el despacho y colecturía parroquial. En su interior se veneraba la imagen de la Virgen en un retablo, y la entrada se abría a la actual calle Padres Almuedo. La capilla tenía una pequeña espadaña con campana, grabada con la inscripción “Ntra. Sra. de los Dolores”, actualmente ubicada en la torre de la capilla del Convento de las Hermanas de la Cruz, procedente de la antigua capilla de Las Aldehuelas, propiedad de la familia Ruiz Ramos, benefactores de Montellano.
Un informe parroquial de 1789 describe así la capilla:
“Se encuentra la Santísima Virgen de los Dolores en un retablo; a su derecha, San Juan Evangelista; a su izquierda, María Magdalena; a sus pies, una urna de cristal con Cristo yacente. Posee la capilla cuatro bancas y dos arcas con los ropajes de las imágenes.”
Tras la Guerra de la Independencia (1810) y el incendio que devastó la villa, la Parroquia fue restaurada y repoblada de altares e imágenes. En una visita pastoral de 1850 se menciona que la Virgen poseía corona y cuchillos de plata. En 1865 y 1886 se detallan los enseres de la Hermandad, constatando la existencia del Santo Sepulcro en urna de cristal, las imágenes de la Virgen, San Juan y la Magdalena, así como numerosos ornamentos litúrgicos, todo propiedad de la Hermandad.
Con el tiempo, la corporación entró en un período de decadencia, siendo regida principalmente por mujeres.
Siglo XX: pérdida y resurgimiento
En 1921, una visita describe el altar de los Dolores como de estilo corintio, con las imágenes vestidas de terciopelo y adornos de plata. En 1930, tras la dimisión de doña Pilar Torralba García de Soria, fue elegida Hermana Mayor doña Florentina Merencio Moreno, quien mantuvo viva la devoción.
Durante la Guerra Civil (1936) desaparecieron las imágenes, documentos y enseres de la Hermandad, aunque se salvaron algunos objetos guardados en casas particulares. En 1939, Florentina Merencio encargó a los Talleres Vélez Bracho de Sevilla una nueva imagen de la Virgen y un retablo, ya no en capilla propia, sino en el interior de la Parroquia.
En la visita pastoral de 1950 se describe el nuevo altar:
“En la nave derecha, un retablo igual al de San Antonio, de estilo corintio con tallas doradas imitando mármol. En el camarín, la imagen de la Virgen de los Dolores, obra del escultor Vélez Bracho, imagen y retablo donados por doña Florentina Merencio Moreno.”
Tras su fallecimiento en 1944, la Hermandad fue presidida por doña María Sánchez de Ibargüen Corbacho, quien mantuvo los cultos tradicionales y enriqueció los mismos con septenarios que culminaban en el Viernes de Dolores.
Unión con la Hermandad del Gran Poder
En 1948, un grupo de jóvenes montellaneros fundó la Hermandad del Gran Poder, cuya primera salida procesional tuvo lugar el Viernes Santo de 1949. Aquel año, las hermanas de los Dolores solicitaron permiso para que la Virgen acompañara al Señor en procesión, siendo aprobado por el párroco don José Toscano García. Desde entonces, ambas imágenes procesionaron juntas cada Viernes Santo.
El 29 de abril de 1962, se celebró Cabildo General Extraordinario en el que se acordó la unión de ambas Hermandades, decisión respaldada por sus respectivas juntas y el Director Espiritual.
Finalmente, tras los trámites correspondientes, el 26 de noviembre de 1971, el Arzobispado de Sevilla aprobó oficialmente la fusión, autorizando que la nueva corporación acogiera como Titular a la Santísima Virgen de los Dolores. El 3 de diciembre de 1971 se firmó el documento de entrega de la imagen, quedando registrada en la Hermandad, en la Parroquia y en la Secretaría de Cámara del Arzobispado.
A partir de entonces, la Hermandad pasó a denominarse:
“Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de los Dolores.”
La Virgen continuó recibiendo culto conforme a sus antiguas reglas servitas, manteniendo viva una devoción de tres siglos, símbolo de fe, historia y tradición en Montellano.
La Antigua Hermandad Servita de María Santísima de los Dolores conmemora su 300 aniversario fundacional, tras recibir el pasado enero, de parte de la Autoridad Eclesiástica, decreto de aprobación de la conmemoración.
Tras la solicitud formal presentada por esta Hermandad ante la Delegación Diocesana de Asuntos Jurídicos para las Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Sevilla, se elaboró y entregó un expediente completo con toda la documentación requerida, en el que se exponía el deseo de nuestra corporación de conmemorar tan señalado aniversario. La propuesta fue debidamente valorada y finalmente aprobada.
Posteriormente, y fruto de este reconocimiento, la Hermandad presentó un nuevo expediente ante el Delegado Episcopal para las Hermandades y Cofradías, quien ofreció orientación y consejo sobre el camino que debía trazarse en este "Año de Gracia", con el fin de vivirlo con profundidad espiritual, compromiso fraterno y fidelidad a nuestra identidad Servita. Dicha propuesta, una vez más, recibió la aprobación eclesiástica.
Como culminación de este proceso, el pasado 10 de julio, nuestro Hermano Mayor, acompañado de miembros de la Junta de Gobierno, tuvo el honor de ser recibido en audiencia por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Sevilla D. José Ángel Sainz Meneses, al que se le presentó el Proyecto de actos cultuales, formativas, caritativas y sociales, que la Hermandad ha preparado con motivo de este tricentenario.
Este año jubilar representa una oportunidad única para renovar nuestra entrega a María Santísima de los Dolores, fortalecer la vida de Hermandad, ahondar en la fe y abrir nuestras puertas a todos aquellos que deseen compartir este tiempo de gracia con nosotros.
Invitamos a todos a unirse a esta celebración histórica, en la que honraremos tres siglos de devoción, servicio y amor a la Virgen de los Dolores bajo el carisma Servita.